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Me costaba andar.
Tenía mis dos pies, mis dos calcetines y mis dos zapatos (y con los cordones bien atados) pero me costaba andar barbaridades.
Puede que pesaran demasiado todos esos sentimientos. Quién sabe.
Tenía mis dos pies, mis dos calcetines y mis dos zapatos (y con los cordones bien atados) pero me costaba andar barbaridades.
Puede que pesaran demasiado todos esos sentimientos. Quién sabe.
Y eso que hacia buen tiempo.. Pero a mí me costaba andar barbaridades, como si hiciera mucho viento pero sin viento y mucho sol.
No me dolía nada, nada físico creo, pero me costaba andar barbaridades.
Supongo que era como cuando al despertar: se está tan bien en la cama que levantarse es un mundo entero. Pues aquello era igual pero justo al revés, justo todo lo contrario.
Supongo que era como cuando al despertar: se está tan bien en la cama que levantarse es un mundo entero. Pues aquello era igual pero justo al revés, justo todo lo contrario.
¡Dios, me costaba andar barbaridades! Y eso que ya iba a llegar tarde..
.Escrito el: 29.Enero.2012