CADA LUNAR


...

Es de este modo como sin proponérselo había conseguido que cada lunar de su cuerpo fuera un pequeño santuario para mí.


Y la quería, aún más si cabía, cuando al abrir los ojos comprobé sus mejillas húmedas, sus ojos vidriosos y sus manos arropando las mías temblorosas...




Escrito el: 29.Febrero.2012

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