Abrir los ojos y ver el mar observándote a detalle.
Sentir la brisa apartándote el pelo de la cara, y el sol abrazándote con recelo.
Acostada en la cama de arena escuchando la lucha eterna entre las olas y las rocas de la costa. Salpicando lágrimas con ese característico sabor a sal.
La playa, tu cama.
¡Y que putada es despertar y no ver el mar!
¡Y que putada es despertar y no ver el mar!
Escrito el: 10.Agosto.2011
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